Escrito por J M Sanchis
sábado, 27 de septiembre de 2008
No es inusual leer en artículos especializados la queja de muchos emprendedores, especialmente de los que inician su andadura empresarial, referidas a los elevados costes que supone el marketing y la necesidad de prescindir de él, al menos al principio de sus actividades.
El análisis de los costes de marketing en todo emprendimiento, puede dar unos resultados diversos, puesto que está en función de los métodos o técnicas que se utilicen. Hay algunas costosas y otras muy económicas, hay algunas con baja rentabilidad o otras con magníficos resultados. Sin embargo la pregunta clave es otra, ¿para qué utilizar marketing?
Es frecuente, demasiado frecuente, mantener conversaciones con responsables de emprendimientos que siguen confundiendo la finalidad del marketing, y en especial del e marketing. En ellas es posible que aparezcan términos tales como: adwords, tráfico segmentado, ROI, web marketing, CPM, listas de suscriptores, promoción on line, acciones of line, etc., etc. Y las conversaciones giran en torno a la bondad de estas prácticas, su coste, la dificultad de su implementación.
El desarrollo de estas charlas demuestra que se confunden las técnicas, los instrumentos, los métodos, del marketing y del web marketing, con el propio marketing. Acostumbrados a utilizar el anglicismo marketing, hemos olvidado su traducción al español, mercadotecnia, y si bien la palabra no resulta especialmente atractiva, todo hay que decirlo, parece que apunta aspectos que no apreciamos en otros términos.
Si hablamos de mercadotecnia, queda claro que nos referimos al mercado y a una serie de técnicas para trabajar en él. Es ahora el momento de recordar qué es el marketing, o mejor, de preguntarnos para qué sirve. El marketing no es sino el estudio del comportamiento del consumidor, sea individual, sea colectivo, sea una gran corporación. La pretensión del marketing es detectar necesidades en el mercado, y ser capaza de presentar métodos, formas y maneras de satisfacerlas.
Por tanto el marketing implica un doble camino:
• Bajar al mercado, investigarlo, detectar carencias, necesidades y trasladar esos resultados a la empresa o emprendedor.
• Recoger las soluciones propuestas por éstos y presentarlas ante el mercado.
Desde esta perspectiva, parece que considerar el marketing como costoso o barato, pierde su significado. Si dejamos de confundir las técnicas o instrumentos del marketing con su finalidad, no parece que pueda tener sentido el defender que al inicio, especialmente al inicio de todo emprendimiento, se puede prescindir del marketing, puesto que es una inversión elevada.
La empresa o emprendedor que no apoye sus acciones en el marketing está condenado al fracaso, especialmente si se encuentra en las etapas iniciales de su actividad. Sinceramente ¿creen posible decirle a un emprendedor que puede prescindir de averiguar lo que falta en el mercado? ¿Consideran recomendable iniciar una aventura empresarial sin plantear en el mercado soluciones concretas a problemas existentes? ¿Es acertado orientar la producción de un producto o la prestación de un servicio, sin tener claro que necesidades cubre, que diferencias presenta ante la competencia, cómo puede mejorar la calidad de vida de sus consumidores?
Desde este enfoque la pregunta Marketing ¿para qué?, puede substituirse por otra que diga ¿Cómo es posible, sin marketing?
El análisis de los costes de marketing en todo emprendimiento, puede dar unos resultados diversos, puesto que está en función de los métodos o técnicas que se utilicen. Hay algunas costosas y otras muy económicas, hay algunas con baja rentabilidad o otras con magníficos resultados. Sin embargo la pregunta clave es otra, ¿para qué utilizar marketing?
Es frecuente, demasiado frecuente, mantener conversaciones con responsables de emprendimientos que siguen confundiendo la finalidad del marketing, y en especial del e marketing. En ellas es posible que aparezcan términos tales como: adwords, tráfico segmentado, ROI, web marketing, CPM, listas de suscriptores, promoción on line, acciones of line, etc., etc. Y las conversaciones giran en torno a la bondad de estas prácticas, su coste, la dificultad de su implementación.
El desarrollo de estas charlas demuestra que se confunden las técnicas, los instrumentos, los métodos, del marketing y del web marketing, con el propio marketing. Acostumbrados a utilizar el anglicismo marketing, hemos olvidado su traducción al español, mercadotecnia, y si bien la palabra no resulta especialmente atractiva, todo hay que decirlo, parece que apunta aspectos que no apreciamos en otros términos.
Si hablamos de mercadotecnia, queda claro que nos referimos al mercado y a una serie de técnicas para trabajar en él. Es ahora el momento de recordar qué es el marketing, o mejor, de preguntarnos para qué sirve. El marketing no es sino el estudio del comportamiento del consumidor, sea individual, sea colectivo, sea una gran corporación. La pretensión del marketing es detectar necesidades en el mercado, y ser capaza de presentar métodos, formas y maneras de satisfacerlas.
Por tanto el marketing implica un doble camino:
• Bajar al mercado, investigarlo, detectar carencias, necesidades y trasladar esos resultados a la empresa o emprendedor.
• Recoger las soluciones propuestas por éstos y presentarlas ante el mercado.
Desde esta perspectiva, parece que considerar el marketing como costoso o barato, pierde su significado. Si dejamos de confundir las técnicas o instrumentos del marketing con su finalidad, no parece que pueda tener sentido el defender que al inicio, especialmente al inicio de todo emprendimiento, se puede prescindir del marketing, puesto que es una inversión elevada.
La empresa o emprendedor que no apoye sus acciones en el marketing está condenado al fracaso, especialmente si se encuentra en las etapas iniciales de su actividad. Sinceramente ¿creen posible decirle a un emprendedor que puede prescindir de averiguar lo que falta en el mercado? ¿Consideran recomendable iniciar una aventura empresarial sin plantear en el mercado soluciones concretas a problemas existentes? ¿Es acertado orientar la producción de un producto o la prestación de un servicio, sin tener claro que necesidades cubre, que diferencias presenta ante la competencia, cómo puede mejorar la calidad de vida de sus consumidores?
Desde este enfoque la pregunta Marketing ¿para qué?, puede substituirse por otra que diga ¿Cómo es posible, sin marketing?
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