A Google parece no bastarle con ser el buscador de Internet más grande del mundo y acaparar la mayor parte del negocio de la publicidad "online". La empresa de California ha anunciado su intención de empezar a trabajar para convertirse también en un proveedor de Internet. Un plan de negocio que comenzará con el experimento de construir y operar su propia red de fibra óptica en unas cuantas localidades de Estados Unidos con la ventaja de facilitar acceso a la Web a una velocidad cien veces superior a la media actual.
La noticia, difundida como no podría ser de otra forma a través de su blog oficial, incluye el llamamiento para que aquellas comunidades interesadas se pongan en contacto con Google antes del próximo 26 de marzo. La iniciativa "Think big with a gig" contempla empezar con 50.000 clientes para llegar hasta medio millón a los que se ofrecerá precios competitivos y la plusmarca de velocidad de acceso de un gigabite por segundo.
Sin problemas de margen de maniobra presupuestario, la compañía también ha indicado que evaluará los resultados de esta primera fase antes de introducirse en un mercado actualmente dominado en Estados Unidos por compañías de teléfono y de televisión por cable. Para no levantar más suspicacias de la necesarias, Google ha señalado que su intención es operar bajo un sistema de "open access network" que permita la libertad de los usuarios para elegir entre diferentes proveedores.
En estos momentos, la velocidad de conexión a Internet ofrecida de forma comercial rondan entre los 20 y 50 megabits por segundo. Pero Google viene insistiendo en que llegar cuanto antes a la "ultra-high-speed" es un imperativo tecnológico para dar paso a toda una nueva generación de formidables aplicaciones, servicios e ingenios electrónicos basados en la Web.
Resentimiento entre operadores y editoresEl proyecto coincide con el creciente resentimiento no sólo entre proveedores de contenidos sino también entre operadores de telecomunicaciones con la forma en que Google utiliza sus redes sin pagar nada a cambio. Tensión ilustrada por el presidente Telefónica, César Alierta, que al defender la necesidad de mecanismos de compensación ha argumentado: "Es evidente que los buscadores de Internet utilizan nuestras redes sin pagarnos nada, lo cual es una suerte para ellos y una desgracia para nosotros. Pero eso no puede seguir, las redes las ponemos nosotros (...), lo hacemos todo. Eso va a cambiar, estoy convencido".
Desde el punto de vista de Google, su incursión como proveedor de Internet forma parte de sus peticiones a la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC) para incentivar en Estados Unidos nuevas formas de acceso a Internet más rápidas y mejores dentro del Plan Nacional de Banda Ancha auspiciado por la Administración Obama. De hecho, el presidente de la FCC, Julius Genachowski, ha bendecido esta iniciativa con el argumento de que "la banda ancha grande crea grandes oportunidades".
Para abrir el apetito, Google ha puesto como ejemplo de sus próximas capacidades el poder descargarse un largometraje de alta definición en menos de cinco minutos; trasmitir el resultado de pruebas de diagnóstico tridimensionales para aplicaciones de tele-medicina; o la posibilidad de programas educativos a distancia donde el profesor imparte clase a sus alumnos dispersos en 3D.
Crecer o morir
De un tiempo a este parte, Google viene aplicando una política de diversificación en sus actividades empresariales, volcándose sobre todo en el mercado de la telefonía. Primero ha ofrecido su propio sistema operativo para teléfonos móviles, Android. Y ahora acaba de lanzar su propio modelo de teléfono inteligente, el llamado Nexus One. A lo largo de este año, se espera que Google también ponga en marcha su propio sistema operativo para ordenadores personales, Chrome, con el mismo nombre que su navegador de Internet. Además de invertir cientos de millones en proyectos de «energía verde», la compañía con sede en la localidad californiana de Mountain View ha iniciado este año los trámites necesarios ante las autoridades reguladoras para introducirse en el mercado eléctrico de Estados Unidos. Sin detallar sus intenciones, la empresa ha indicado su deseo de administrar la energía requerida por sus propias operaciones y tener mayor acceso a fuentes renovables
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