ALFONS GARCIA VALENCIA
Profesión al alza, la misión de los SEO (especialistas en posicionamiento en internet) es desentrañar los misterios de los buscadores para que una página web aparezca entre las primeras
La anécdota es conocida. Un grupo de personas se puso de acuerdo hace unos años para que al introducir la búsqueda "worst president" (el peor presidente) en Google apareciera como la primera entrada en la lista la página de la Casa Blanca con George W. Bush al frente.
Los autores de la artimaña fueron un grupo de SEO, acrónimo de Search Engine Optimization, una nueva profesión de la era de internet que se ha traducido en español como "especialista en posicionamiento en buscadores". Esto es, expertos en internet cuya misión es desentrañar los misterios de los motores de búsqueda -Google principalmente, pero no únicamente- para que una página (la que le paga) aparezca entre las tres primeras al introducir un criterio de búsqueda determinado.
De lo que se trata, por tanto, es de resolver el crucigrama de los buscadores y descubrir qué palabras son las que maneja como claves en una búsqueda, para así tener esos términos bien posicionados en la página web que nos interesa. De esta manera, aparecerá entre las primeras cuando algún usuario introduzca alguno de estos vocablos y dé a "buscar".
La diferencia entre figurar o no como una de las primeras entradas ante un criterio de búsqueda puede representar millones de visitas. No existe una proporción fija -depende del tipo de petición, de su grado de actualidad, entre otras cosas-, pero es un hecho seguro que estar delante en Google (o en Bing o Yahoo, porque el SEO debe posicionar en todos) asegura un tráfico intenso para la web que lo consigue.
El problema es que los motores de búsqueda cambian sus algoritmos -la manera de dejar ver sus resultados- con asiduidad, así que el conocimiento de hoy no sirve en muchas ocasiones para mañana. Por ello, la preocupación de los SEO por estar constantemente actualizados. Y de ahí que cada uno suela tener su blog y que se reúnan periódicamente.
Competencia con mercadotecnia
Como suele pasar en cuestiones de innovación y tecnología, España va con retraso. En Estados Unidos, la competencia.por aparecer en los primeros puestos de los buscadores es salvaje y se pagan buenas sumas por ello.
Aquí la preponderancia es aún de los SEM (Search Engine Marketing), se lamentan los SEO, aunque en algunos ámbitos se considera que esta especialidad es más amplia y engloba a la de los posicionadores. Cuestión de prisma. Para estos últimos, el SEM es aquel que decide la aparición de una empresa en un buscador como "enlace patrocinado". O sea, pagando al motor una determinada cantidad por cada clic que se realiza.
Lo habitual, cuentan los SEO, es que las empresas que apuestan inicialmente por pagar para que se las vea en los buscadores pasen en una segunda fase -cuando la factura empieza a resultar alta- a compatibilizar las dos estrategias y a intentar aparecer también en el listado informativo de webs en una posición privilegiada. Para ser vista pronto y bien. Ese es el fin.
Los autores de la artimaña fueron un grupo de SEO, acrónimo de Search Engine Optimization, una nueva profesión de la era de internet que se ha traducido en español como "especialista en posicionamiento en buscadores". Esto es, expertos en internet cuya misión es desentrañar los misterios de los motores de búsqueda -Google principalmente, pero no únicamente- para que una página (la que le paga) aparezca entre las tres primeras al introducir un criterio de búsqueda determinado.
De lo que se trata, por tanto, es de resolver el crucigrama de los buscadores y descubrir qué palabras son las que maneja como claves en una búsqueda, para así tener esos términos bien posicionados en la página web que nos interesa. De esta manera, aparecerá entre las primeras cuando algún usuario introduzca alguno de estos vocablos y dé a "buscar".
La diferencia entre figurar o no como una de las primeras entradas ante un criterio de búsqueda puede representar millones de visitas. No existe una proporción fija -depende del tipo de petición, de su grado de actualidad, entre otras cosas-, pero es un hecho seguro que estar delante en Google (o en Bing o Yahoo, porque el SEO debe posicionar en todos) asegura un tráfico intenso para la web que lo consigue.
El problema es que los motores de búsqueda cambian sus algoritmos -la manera de dejar ver sus resultados- con asiduidad, así que el conocimiento de hoy no sirve en muchas ocasiones para mañana. Por ello, la preocupación de los SEO por estar constantemente actualizados. Y de ahí que cada uno suela tener su blog y que se reúnan periódicamente.
Competencia con mercadotecnia
Como suele pasar en cuestiones de innovación y tecnología, España va con retraso. En Estados Unidos, la competencia.por aparecer en los primeros puestos de los buscadores es salvaje y se pagan buenas sumas por ello.
Aquí la preponderancia es aún de los SEM (Search Engine Marketing), se lamentan los SEO, aunque en algunos ámbitos se considera que esta especialidad es más amplia y engloba a la de los posicionadores. Cuestión de prisma. Para estos últimos, el SEM es aquel que decide la aparición de una empresa en un buscador como "enlace patrocinado". O sea, pagando al motor una determinada cantidad por cada clic que se realiza.
Lo habitual, cuentan los SEO, es que las empresas que apuestan inicialmente por pagar para que se las vea en los buscadores pasen en una segunda fase -cuando la factura empieza a resultar alta- a compatibilizar las dos estrategias y a intentar aparecer también en el listado informativo de webs en una posición privilegiada. Para ser vista pronto y bien. Ese es el fin.
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