La idea de coches automáticos sin conductor parece sacada de una película de ciencia ficción, pero no lo es: las automotrices trabajan desde hace años en tecnologías de este tipo y ahora la empresa de Internet Google anunció que ya tiene una pequeña flotilla en las calles.
Ya se sabía que tarde o temprano habría automóviles conducidos por computadoras en las calles, pero la novedad es la entrada de Google en escena. Desde la telefonía móvil, los medios o los libros, la empresa ya está en innumerables sectores de negocios, y a ellos se suma ahora la industria automotriz. El plan es una nueva prueba de la mirada de futuro de la firma, pues se trata de inteligencia artificial.
Los siete coches de Google (seis Toyota Prius y un Audi TT) recorrieron sin ninguna intervención humana más de mil millas (unos 1.600 kilómetros), y en total más de 225.000 kilómetros.
Un proyecto mantenido en secreto
Lo más sorprendente es por cuánto tiempo consiguió Google mantener en secreto el proyecto. Los vehículos habían llamado la atención a los conductores en California desde hace al menos un año, pero se creía que eran coches modernizados del programa de mapas con imágenes reales Street View. La policía estaba informada de las pruebas, escribe en su blog el jefe de desarrolladores, Sebastian Thrun.
Google no está sola en el proyecto, ya que las automotrices trabajan desde hace años en este tipo de tecnología y ya han instalado sistemas de alarma en algunos modelos, mediante los cuales el vehículo reconoce los carteles de las calles, así como a personas y animales que se muevan por la calle. O bien que tensan el cinturón cuando hay peligro de choque.
Harán falta al menos ocho años en opinión de los ingenieros de Google para que los coches sin conductor estén “maduros” para salir a la venta. Hasta entonces habrá que adecuar no sólo la tecnología, sino también las reglas circulatorias. Por ejemplo, ¿quién será responsable si se produce un accidente, el dueño del coche o el fabricante del software?
El actual ordenamiento, así como las sanciones, parten de la base de que una persona controla el coche. Las pruebas de Google fueron posibles sólo porque alguien iba sentado al volante listo para intervenir si era necesario. Pero Thrun proclama en su blog que las computadoras siempre tienen una plena visión del entorno y no se cansan ni se distraen, a diferencia de los humanos.
Thrun, que trabaja desde hace años en vehículos sin conductor, cree que la tecnología revolucionará el sector, entre otras cosas porque las computadoras ahorran más combustible. Y como bajaría el número de accidentes, también se podría hacer automóviles más livianos. En el futuro se puede pensar en vehículos que uno llame hasta el lugar donde se encuentra, como un taxi, pero sin conductor.
¿Qué sacará Google de esto?
Thrun dijo al “New York Times” que el proyecto demuestra la intención de Google de invertir en tecnologías aunque no den un rápido rendimiento económico. Uno de quienes más apoya la idea es el cofundador de la empresa Larry Page.
¿Qué es lo que sacará la firma de Internet de la iniciativa? Google podría ofrecer los servicios de guía de la conducción automática o cederla a cambio de licencias a los fabricantes de coches. Thrun desarrolló asimismo el polémico callejero con fotos reales Street View, que ahora con este otro proyecto cobra una significación completamente distinta.
Los coches robot encajan en cualquier caso a la perfección en la concepción del futuro del presidente de Google, Eric Schmidt, que hace unas semanas dijo que en el futuro nadie olvidará nada porque “las computadoras lo recuerdan todo”.
Además, todos podrían saber todo, incluso lo que no saben aún que les interesa, y además ser buenos en todo, porque “la computadora arreglaría lo que no nos salga bien”. El precio a pagar es que el software tiene que tener la mayor información posible de una persona, admitió Schmidt.
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