Su próximo teléfono incluirá un chip con comunicación NFC
El NFC -un chip para comunicaciones de corto alcance que puede ser reconocido por otros dispositivos a una distancia de solo diez centímetros- será uno de los atractivos del nuevo móvil de Google, tras su primera experiencia agridulce. El aparato Nexus One fue un fracaso, pero su sistema operativo Android, un éxito. Por eso, a su siguiente teléfono, Google no lo llamará Nexus Two -probablemente sea Nexus S- y no lo hará HTC, sino Samsung, fabricante del exitoso Galaxy S.
"La gran ventaja respecto al bluetooth es que NFC cumple todos los protocolos de seguridad para que la transacción, tanto de datos sensibles como financieros, sea segura", afirma Benjamí Puigdevall, director general de e-LaCaixa.
La entidad financiera, Telefónica y Visa prueban la tecnología NFC desde mayo en Sitges con 1.500 consumidores y 500 comercios. El objetivo: comprobar si es práctico, mejora la experiencia y el grado de satisfacción para una tecnología de micropagos que se implantará si su uso es masivo.
Los participantes pueden pagar con el móvil (se carga en la tarjeta de crédito) el periódico, el café o un ramo de flores. De momento, el 66% está más que satisfecho y el 90% lo usaría en el futuro si se implanta de verdad. Las tiendas también lo aprueban porque la facturación ha crecido alrededor del 30%. Sorprende también de esta prueba piloto que la brecha generacional no sea problema. Menos del 20% de las compras las han hecho menores de 25 años.
Puigdevall calcula que el sistema se implantará de forma masiva para los micropagos en comercios en tres o máximo cinco años. "La realidad es que todavía hay pocos móviles, la mayoría de gama alta, con chips NFC y, menos aún, lectores" para las tiendas.
NFC no es la única tecnología para el pago por móvil. En Japón y Corea del Sur triunfan los sistemas sin contacto para comprar en máquinas de comida o acceder al transporte público; mientras que los pagos por SMS triunfan en las zonas rurales de África y Asia.
PayPal, sistema de micropagos para la web, también funciona en el móvil para enviar dinero a otra persona y pagar directamente productos adquiridos en Internet. Una solución más complicada es la de Square, en Estados Unidos, que conecta un lector de tarjetas al móvil para que procese transacciones en tiendas.
Sin embargo, el pago es solo una de las muchas aplicaciones de la tecnología NFC. También puede convertirse en llave de acceso al domicilio o a la oficina, en reclamo publicitario al captar información en escaparates y marquesinas de autobuses, o en taquilla de entradas y billetes de avión.
Google ha dado un espaldarazo al NFC que jamás había tenido. Falta saber qué dirán otros gigantes como Apple y Microsoft.
Una tecnología 'vieja'
Nokia creyó desde el primer momento en la transmisión NFC, por eso en 2003, el mismo año en que nació la tecnología, fabricó un móvil con ella, el 6216 Classic, que en febrero dejó de existir. Desde ese año la firma finlandesa ha lanzado al mercado media docena de modelos con NFC, aunque como reconoce Javi García, técnico de Nokia, su uso en Europa y Estados Unidos ha ido mucho más lento de lo esperado. El último modelo de Nokia es de hace unos meses, el C7.
Samsung -segundo fabricante mundial-, Sagem, LG, Motorola y Benq también han incorporado a alguno de sus móviles esta tecnología de transmisión a corta distancia. Quien de momento no lo incorpora a sus aparatos es Apple, aunque parece que lo hará el próximo año con el iPhone 5.
NFC está respaldada por las principales operadoras del mundo, entre ellas Telefónica, que ven en esta tecnología múltiples aplicaciones, y no solo como medio de pago. Sencillez y seguridad son las mayores ventajas del sistema, según García, aunque hasta ahora no ha triunfado. "Quizás porque los bancos no lo han apoyado mucho, pero también porque el dueño de un móvil desconfiaba de esta funcionalidad".
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